Hemlock Grove

Tras los fines de temporada que tienen lugar sobre todo en mayo comienza mi búsqueda de series a las que engancharme y que me sirvan para aguantar hasta septiembre.

Siempre busco algo diferente, que logre sorprenderme y que quiera ver un episodio detrás de otro y Hemlock Grove lo ha conseguido.

Se trata de una serie de 13 episodios de casi una hora de duración pero que no se hacen pesados en absoluto. Puede que los dos protagonistas tengan algo que ver con ello: Landon Liboiron y Bill Skarsgard, que con ese apellido no podía ser sino hermano del vikingo.

  

 La historia es un poco como esas novelas de Faulkner, que no te queda claro que estás viendo ni de qué va hasta que ves una imagen reveladora como la de abajo y se disipan todas las dudas.

Una vuelta de tuerca a las historias de licántropos con la mejor transformación que he visto hasta la fecha y no porque conlleve ver al protagonista ligero de ropa.
A pesar de parecer una serie de adolescentes no recurren a los típicos de temas de: ahora todos nos enrollamos con todos, alguien tiene que tener transtornos alimenticios, tiene que haber un embarazo y alguien que pierda la cabeza. Bueno, ahora que lo pienso, a lo mejor no es se aleja de esos tópicos pero llevados a una dimensión totalmente nueva.

Como en la película Quemado por el Sol hay detalles que parece que no tienen importancia hasta el episodio final, donde más o menos dan respuestas y se abre una nueva puerta que no sabes a dónde te llevará en la segunda temporada.

Una serie rodeada de misterio, leyendas, ciencia y humor negro.

Un minuto de lo que podéis esperar en la primera temporada.

Y si visteis la primera, el adelanto de la segunda.